Como probablemente estarían de acuerdo la mayoría de los directores financieros, una función financiera eficiente y sin fricciones se basa en una combinación de múltiples factores, que incluyen liderazgo, tecnología, procesos, talento, experiencia y comunicación.
Operar a un nivel óptimo significa que cuando surgen desafíos, la función financiera tiene más capacidad para manejarlos de manera efectiva.
Esos desafíos pueden ser problemas «cotidianos», como insolvencias de clientes y problemas de la cadena de suministro, o, como se ha visto en los últimos meses, eventos de «cisne negro» como la pandemia de COVID-19.
Aunque la COVID-19 ha cambiado el mundo tal como lo conocemos, muchos de los desafíos habituales siguen siendo los mismos, pero potenciados. Y aunque pueden haber empeorado a corto plazo, seguirán estando presentes una vez que la pandemia se haya retirado.
La encuesta El líder financiero del mañana, elaborada por Euler Hermes, a la que tienes acceso en este enlace arroja luz sobre algunos de los desafíos que enfrenta la función financiera y revela cuáles son las mayores preocupaciones.
El riesgo de impago representa la mayor amenaza
La encuesta recoge testimonios de antes y después de la pandemia.
En ambas ocasiones, las respuestas muestran que las demoras en los pagos de los clientes son, con diferencia, el elemento más urgente en las agendas de los líderes financieros, por delante de otras preocupaciones como los ataques cibernéticos y una disminución en el volumen de ventas.
Antes de la COVID-19, el 47% de los encuestados, en empresas de todos los tamaños, identificaban los retrasos en los pagos como un riesgo que había afectado a su negocio el año anterior. Cuando se le preguntó nuevamente en mayo qué riesgos habían tenido un impacto en los dos meses anteriores, la cifra de retrasos en los pagos aumentó al 65%, lo que la convirtió en la principal preocupación en ambas ocasiones.
La confianza para hacer frente a la falta de pago también se vio afectada. Antes del brote, solo el 44% de las empresas dijo que se sentía «completamente preparada» para hacer frente a los incidentes de pago. Desde que comenzó la pandemia, la cifra cayó al 31%.
Los directores financieros tienen que implementar rigurosas verificaciones de crédito de forma proactiva
Es vital asegurarse de que se mantenga un enfoque claro en lo básico: recibir el pago a tiempo y proteger el flujo de efectivo.
Nunca ha sido más importante garantizar que se trabaje con anticipación para mitigar el riesgo.
Algunos consejos prácticos:
- Ejecutar una verificación de crédito: esto solo debería ser un punto de partida, en caso de que los detalles no estén completamente actualizados.
- Verificar las referencias crediticias: si un cliente nuevo potencial ha ofrecido referencias crediticias, asegurarse de examinarlas a fondo, en caso de que no sean legítimas.
- Control de insolvencia: ¿alguno de los directores de la empresa se declaró en quiebra o dirigió una empresa insolvente en el pasado? ¿Cuáles fueron las circunstancias?
- Solicitar estados financieros: para verificar elementos específicos.
La diversificación puede reducir el riesgo de impago
Los encuestados opinaron que las empresas con una amplia gama de tipos de productos, o que se encuentran en múltiples industrias, estarán en la mejor posición para hacer frente a los principales riesgos en el futuro.
Puede parecer un cliché, pero no tener todos los huevos en una canasta puede ofrecer una protección valiosa contra el riesgo de impago.
Del mismo modo, en general se consideró que incluso aquellos con una gama de productos más pequeña deberían centrarse en la diversificación en el número y tipo de clientes. Cuantos más clientes tenga, mayor será el riesgo de impago.
El seguro de crédito puede proteger contra la falta de pago
Los directores financieros creen que los seguros serán, y deberían ser, más importantes.
El seguro de crédito comercial, en particular, puede proteger a las empresas contra el riesgo de impago, tanto en el caso de impago como de mora prolongada.
Con el seguro de crédito comercial implementado, el asegurado sabe que su negocio está protegido contra riesgos comerciales y políticos que están fuera de su control y tiene la seguridad de que se le pagará el dinero que se le adeude.
Pero no se trata simplemente de comprar un producto listo para usar. Los encuestados creen que es fundamental trabajar en estrecha colaboración con proveedores de seguros de confianza para lograr el nivel de protección más adecuado.
Involucrar a los proveedores de seguros, para que tengan un mejor conocimiento, significa que los términos serán más específicos y la protección de riesgos más completa.
Los problemas de pago, junto con las insolvencias de los clientes, están muy presentes en la mente de los directores financieros, y es probable que se acentúen en el clima actual.
Sin embargo, los líderes financieros audaces adoptarán un enfoque proactivo para que sus negocios estén protegidos contra eventos futuros.